La carta del cabildo comienza por relatar las exploraciones previas en tierras mexicanas. El primero en arribar a Comuzel fue el inquieto de Pedro de Alvarado. Por su parte Cortés llego después de tres días y al llegar se encontró con la noticia de que Alvarado había hecho sus atroces, los indios huían despavoridos de un lado a otro, algunos se hicieron en esclavos y Alvarado se fue apoderando de las cosas de valor que encontró. Cortés por su parte lo reprendió fuertemente, puso en libertad a los indios y restituyo los objetos robados.
En este lugar se hizo la primera misa en territorio mexicano implantando una cruz de madera. Como lo señala Francisco de Icaza Dufour: El sacerdote Juan Díaz oficio una misa, la primera en territorio mexicano y al terminar encomendó a los indios la veneración y custodia de la santa cruz.[1]
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