domingo, 4 de diciembre de 2011

Río de Grijalva (Tabasco)

Cortés siguió después por las costas del golfo de México para llegar a desembarcar en el río Grijalva (actualmente Tabasco). Aquí Cortés y sus tripulantes pasaron para poder proveer agua. Lo primero que encontró fue indios, estos se mostraron totalmente hostiles. Cortés al ver esta actitud, envío una embajada de mensajeros para pedirles permiso de abastecerse e intercambiar mercancía y oro, pero los indios cedieron. Cortés pensó en tomar armas para la batalla, antes de que este tirara fuego se acordó del escrito público que un fraile le dio el cual prohibía todo daño a  los indios. Al siguiente día Cortés volvió a enviar mensajeros con mensajes de paz, pero de igual forma no cedieron, tomando esta vez las armas para empezar el ataque por parte de los españoles, utilizando caballería, sembrando pánico entre los indios. Saliendo victorioso Cortés y por la parte de los indios aceptaron ser vasallos para la tripulación española.
Hechas las pases, los indios les otorgaron regalos, tal y como lo menciona José Luis Martínez: Traen regalos a Cortés: algunas joyas, comida y veinte mujeres de las que ellos tiene por esclavas, para que moliesen pan, es decir para que les hagan tortillas.[1]
Estas veinte mujeres fueron bautizadas, una de ellas tenia una peculiaridad al hablar ya que era conocedora de las lenguas maya y náhuatle, esta mujer se llamaba Malintzin o también conocida como Malinche. Esto no los menciona  José Luis Martínez:
Las veinte indias fueron bautizadas y a Malintzin le pusieron por nombre Marina. Cortés las repartió “entre ciertos caballeros” y a esta Marina, luego apodada Malinche, “como era de buen parecer, entrometida y desenvuelta”, la dio a Hernández Portocarrero.[2]  

Cortés observa a la Malinche platicar en otras lenguas, como ya lo mencionamos anteriormente, dominaba dos lenguas, arrebatándosela a Portocarrero, para hacerla su esposa con el paso del tiempo.  
La Malinche y Jerónimo de Aguilar serian las herramientas útiles para que Cortés pudiera comunicarse con los indios con facilidad, dentro de la dinámica la Malinche traducía al maya para Jerónimo y este se lo hacia saber en español a Cortés. Permitiéndole entrar con facilidad en las grandes ciudades mexicanas.


[1] José Luis Martínez. Hernán Cortés Semblanza. FCE. México, 1997. pp. 55-56
[2] Ibídem. p. 56

1 comentario:

  1. En cuanto a su planteamiento y a su índice, faltan varios apartados. Además de la indicación de algunos puntos por los que pasa Cortés, me pregunto qué tipo de análisis se debería hacer acerca de la ruta. Es algo que hemos platicado en asesoría, pero todavía no se desarrolla.

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